2/3/14

HOY ME ENTERÉ...

Hoy me enteré de que una terraza es puta. No sé exactamente cuál, pero se lo comentaba, a viva voz, una joven a otra en el tranvía:


- ¡Me tuvo más de dos horas en la puta terraza!

Pues no les resultará nada fácil a los terrazos mantener relaciones con ella, pensé. 

Bromas aparte, esa forma de hablar, largando tacos a cada instante como muletillas, demuestra una pobreza de vocabulario que me entristece. Es inconcebible que haya tanta gente utilizando palabrotas para afianzar lo que dice. En el fondo viene a indicar el deterioro de nuestro lenguaje, potenciado por los programas-basura de la televisión, y por la poca afición a la lectura que tiene este pueblo, comparado con otros de nuestro mismo entorno cultural. Claro que los culpables son los que nunca se preocuparon de inculcarnos el saludable y enriquecedor hábito de leer; tal vez porque cuanto más culto es un pueblo, más difícil resulta de manipular, y "ellos" lo saben.


En esas elucubraciones andaba yo, pensando que aquella frase de la muchachita obedecía a una peculiar forma de hablar en sentido figurado, cuando hube de colegir que era literal.

Puta... en realidad la terraza es puta; me lo corroboró su amiga al decir:

- ¡Tía!... ¿Toda la tarde en la jodida terraza?

Pues por lo visto y contra todo pronóstico, algún terrazo había conseguido copular.


Miguel Ángel G. Yanes

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