7/7/11

ESTA NARANJA AZUL (POEMA)

No me creo eso de que lo hayan matado por error.
"Ellos" saben muy bien cuál es la voz del pueblo e intentan silenciarla;
tarea inútil, porque es imposible erradicar su eco.


(A Facundo Cabral, en la memoria)

Aunque las aves de presa hayan logrado
picotearte con saña el pecho y darte
una muerte feroz, tan sólo muere
la carcasa que habitas: ese cuerpo
donde amaste y soñaste un simple instante,
un destello fugaz, apenas nada.

Pero ha bastado el brillo de tu estrella
erradicando las sombras a su paso,
liberando los sueños uno a uno,
dando a luz ese pulso que hará libre
algún día a los pueblos de la tierra.

Y esa conciencia, aturdida y febril,
despertará por fín y sentiremos,
más allá de culturas, religiones,
filosofías, leyendas, mitos, razas...
que una sola humanidad palpita
sobre la frágil piel de esta naranja
delicada y azul.

Ten por seguro, amigo, ¡no lo dudes!
que aunque, físicamente, ya no habites
tu conocida forma, y estos ojos
humanos no te alcancen,
estarás siempre aquí, junto a nosotros:

Vivirás en la voz, en la esperanza,
en las profundidades del alma de los pobres,
en el hondo latido de sus pechos,
en las grietas de sus dolientes manos,
en su risa, en su lecho, en su tristeza,
en la sed de sus ardientes labios,
en su amor, en sus ansias,
y en el golpe rotundo de sus párpados.

¿Lo oyes?

Es el eco de tu voz marcando,
metrónomo celeste, el ritmo mágico
del corazón del indio que acompasa,
a su vez, el corazón de fuego
de esta naranja azul.

Miguel Ángel G. Yanes

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