21/12/10

PRIETO

¡Dios mío! ¡20 años!... Llegamos siendo jóvenes, con nuestra hija en brazos (recién nacida apenas) y ya va a la universidad. Llegamos por obligación, pensando quedarnos durante unos meses y... la verdad es que nos hemos quedado ¡unos cuantos!



Hace ya 20 años que compartimos, con nuestros vecinos, un mismo rellano de escalera del Edificio Mataverde, en la zona de la Cruz del Señor de Santa Cruz de Tenerife. Sé, por boca de un amigo nacido en las inmediaciones, que este edificio fue el primero de la calle al que se dotó de ascensor. Lo recordaba bien  porque, me decía, los chicos del lugar (entre los que se encontraba), se pasaban el día subiendo y bajando en tal novedoso invento, hasta que los vecinos, airados, lograban ahuyentarlos. Por lo que, aunque no tengo muy clara la antigüedad del edificio, debe andar por los 40 años, poco más o menos. Pues bien, al llegar nosotros, nuestros únicos vecinos de rellano: D. José Manuel Prieto y Dª Marina Benítez, ya llevaban toda una vida aquí, y a pesar de la diferencia de edad, ellos ya eran abuelos y nosotros recién casados, la relación fue correcta y afectuosa desde el primer momento.



De entrada hubo algo que llamó poderosamente mi atención: Dª Marina, para dirigirse a su esposo, siempre lo llamaba Prieto; esto me retrotajo a la infancia. Mi abuela paterna tampoco llamó nunca al suyo por el nombre de pila (Juan) sino por el segundo apellido: Báez. Que los compañeros, amigos, conocidos... te llamen por el apellido es cosa común, a mí mismo me ocurre, pero que lo haga tu esposa, es algo curioso e inusual.


Suele ocurrir, sobre todo en la época de estudiantes que, ante la repetición de nombres, se utilice el apellido; ahora, que prepondere aún después de formar pareja con alguien, es harto difícil. Desconozco si la relación de mis vecinos viene de la época estudiantel, pero la de mi abuela seguro que no. Perteneciendo a una generación anterior a la de ellos (nació en 1903) y siendo de familia muy humilde, la pobre era completamente analfabeta, nunca pisó escuela ni instituto; pasó la infancia y la juventud trabajando a destajo y cuidando chiquillos ajenos, hasta que se casó. Así que no encuentro puntos comunes entre ambas, pero cada vez que oigo la voz de Dª Marina diciendo: ¡Prieto!... se enciende una luz en mi memoria.

Miguel Ángel G. Yanes

1 comentario:

  1. Prieto un Gomero que se va a venezuela juega la copa davis y vuelve a canarias tenerife y se dedica a enseñar al tenis llegando a sacar capeonas nacionales y una persona de las de antes con valores que ya hoy en dia escasea bueno en fin un super gomero un super Abuelo venga saludos Miguel muchas gracias por el detalle de acordarte de mi Abuela y Abuelo.

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