De
entrada hubo algo que llamó poderosamente mi atención: Dª Marina, para
dirigirse a su esposo, siempre lo llamaba Prieto; esto me retrotajo a la
infancia. Mi abuela paterna tampoco llamó nunca al suyo por el nombre
de pila (Juan) sino por el segundo apellido: Báez. Que los compañeros,
amigos, conocidos... te llamen por el apellido es cosa común, a mí mismo
me ocurre, pero que lo haga tu esposa, es algo curioso e inusual.
Suele
ocurrir, sobre todo en la época de estudiantes que, ante la repetición
de nombres, se utilice el apellido; ahora, que prepondere aún después de
formar pareja con alguien, es harto difícil. Desconozco si la relación
de mis vecinos viene de la época estudiantel, pero la de mi abuela
seguro que no. Perteneciendo a una generación anterior a la de ellos
(nació en 1903) y siendo de familia muy humilde, la pobre era
completamente analfabeta, nunca pisó escuela ni instituto; pasó la
infancia y la juventud trabajando a destajo y cuidando chiquillos
ajenos, hasta que se casó. Así que no encuentro puntos comunes entre
ambas, pero cada vez que oigo la voz de Dª Marina diciendo: ¡Prieto!...
se enciende una luz en mi memoria.
Miguel Ángel G. Yanes
Prieto un Gomero que se va a venezuela juega la copa davis y vuelve a canarias tenerife y se dedica a enseñar al tenis llegando a sacar capeonas nacionales y una persona de las de antes con valores que ya hoy en dia escasea bueno en fin un super gomero un super Abuelo venga saludos Miguel muchas gracias por el detalle de acordarte de mi Abuela y Abuelo.
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