28/3/14

FÓRMULAS QUÍMICAS

Andaríamos por los 13 ó 14 años, cuando llegó a nuestros pupitres y a nuestras cabezas una nueva asignatura de la que no teníamos ni puñetera idea: la química. 


Mientras que a unos aquella materia no nos decía absolutamente nada, a otros les encantó su lenguaje críptico, y cuando le cogieron el tranquillo, se pasaban el día inventando compuestos imposibles: "hipometasulfitos de no sé qué" o "hexatetracloruros de no sé cuantos", cuyas fórmulas soy incapaz de plasmar aquí, porque yo pertenecía a otro grupo, el de aquellos a los que les gustaba más jugar con las palabras que con los símbolos químicos.

Mientras ellos creaban sus complicados dislates, nosotros nos dedicábamos a inventar palabras, no menos sonoras y disparatadas que sus extrañas fórmulas. Por ejemplo:


"Estornúpedo-a".- Aquél o aquélla que, al estornudar, se le escapa un pedo.

"Miérdoles".- Un día de mierda, porque nos tocaba lidiar con la jodida química.

"Asnorante".- Alguien más burro de lo normal.


Y así una larga lista de palabrejas más o menos graciosas que a los "químicos" no parecían impresionar demasiado, hasta que un día, entrando en su terreno, los "filólogos" les enseñamos algo que, hasta el momento, ellos desconocían: la fórmula del "chocho", y que, curiosamente, no tenía nada que ver con lo salado.

CH2OH - CHOH - CHOH - CHOH - CHOH -CHOH - CHO

Era, ni más ni menos, que la fórmula semidesarrollada de la glucosa.


NOTA: Los canarios llamamos "chocho" a lo que en castellano se conoce por "altramuz", pero también nos sirve para designar, en lenguaje vulgar, el aparato genital femenino.

Miguel Ángel G. Yanes

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