27/2/14

PALOS A LA CULTURA

A la larga lista, insufrible ya, de decesos de famosos acaecidos en 2014, se ha sumado el máximo exponente de la guitarra flamenca: Paco de Lucía, fallecido repentinamente en Playa del Carmen (México) a los 66 años de edad.


Hijo de Antonio y de Lucía (de ahí lo de su nombre artístico: Paco el de Lucía) Francisco Sánchez Gómez había nacido en Algeciras (Cádiz) en una fecha señalada: el día del solsticio de invierno de 1947, y ya desde muy niño comienza a tocar la guitarra, hasta convertirse en el indiscutible maestro que fue.

Poco o nada puedo decir de esta figura universal del flamenco que no se sepa ya, de este extraordinario guitarrista de manos tocadas por un dios. Sólo rendirme a su arte y en su memoria escuchar, mientras esto escribo, los primeros temas suyos que llegaron a mis oídos a principios de los años 70, y cuyas notas, como palomas mágicas, aún revolotean por casa brotando desde el viejo palomar de una cinta de cassette titulada "Dos guitarras flamencas en América Latina (Paco de Lucía y Ramón de Algeciras)".

¡Que no paren sus cuerdas!.... ¡¡¡que no paren!!! 



Está claro que este comienzo de año se ha cebado con la cultura. Primero el gobierno del PP con su IVA y su VENÍA, dando palos a diestro y a siniestro... y luego "La Calaca"*, llevándose consigo a una serie de figuras indiscutibles de nuestro castigado universo cultural. 

"Don Rajoy", como dice la abuela Paca, primero iba con su ídem de "be chica" (otros la llaman "uve") bajo el brazo, la mar de ufano y sonriente, pero los enormes dígitos acabaron dañándole la excelsa sobaquera, y hubo de renunciar a pasearlos de tal guisa. Así que ahora, después de una buena ración de polvos de talco para paliar las escoceduras, ha decidido, menguando su tamaño, portarlos sobre el hombro como quien lleva bombona de butano. Pero me da a mí, que si no pone un pañito bajo ellos, más temprano que tarde, va a salirle una tremenda ampolla.

La derecha y la cultura no se llevan muy bien por una razón simple: "ellos" piensan que debe ser un lujo, porque si realmente fuera un derecho de los ciudadanos, el pueblo podría culturizarse más de lo conveniente; llegar a razonar por si mismo, volverse respondón y quitarlos de en medio. Así que para intentar evitarlo, habida cuenta de que lo controlan casi todo, se aferran a su querida máxima de: "ni fio, ni doy, ni presto".
  La tortura no puede ser cultura

Pero ahora que parecía que triunfaba su campaña de embrutecimiento masivo, cambiando cuernos por libros y misas por conciertos, contra pronóstico (tal vez agobiados por la presión del descontento social) pero con grandes alaracas y sonar de pífanos... 

¡"ce ben ovligados a vajar el iba"!

Setelot ed alip anu nos odnof le ne.

(*) Conocí esta palabra por boca de la también desaparecida cantante mexicana Amparo Ochoa (1946-1994) a través de un tema así titulado. "La Calaca" viene a designar a la muerte bajo la forma de un esqueleto o calavera, y es un término usuado en lenguaje coloquial tanto en México como en El Salvador.


 Miguel Ángel G. Yanes

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