7/3/13

EL ELEGIDO (POEMA)



 (A Leopoldo María Panero)

El único que pudo salirse del infierno
monótono fue el loco, riendo sin cesar
detrás de la cancela. Ríe de la cordura
que gira en torno a un punto falaz y no transige
con el sueño sublime, con el sueño de un loco
que ha incendiado la noche, que ha rasgado las sombras
 y ha encontrado, tal vez, el profundo secreto,
la Verdad que los dioses escondieron un día
en un sitio perfecto: en el alma de un loco.
 
Celeste centinela; sus ojos lo delatan.

Miguel Ángel G. Yanes

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