MERCURIO, VENUS...

Tal cual va la cosa este verano, me estoy planteando que, si en realidad, hay otros seres pupulando por ahí fuera (cosa que creo a pies juntillas, dada la relativa inmensidad de este universo y la posible existencia de otros muchos) deberían "darnos un toque", no sé bien si a través de Twitter, de Facebook o de alguna otra red virtual al uso, para hacernos ver la urgente necesidad de efectuar un cambio en la denominación de uno de los planetas del Sistema Solar; en concreto, del tercero contando desde el Sol. ¡Sí...sí! exactamente: ése que habitamos.



Aparte del ojo de ese dios, cuya imagen nos inculcaron de pequeños a través de las enciclopedias: esa pupila insomne que todo lo ve (como si de un Gran Hermano cósmico se tratase) habrá, supongo, otros muchos seres de naturalezas diversas poblando "un cosmos ordenado y caótico"* que sean capaces, a través de inventos y artilugios, como los nuestros o más sofisticados, de contemplar la ingente cantidad de humo que, entre vehículos, fábricas e incendios forestales, desprende este planeta llamado Tierra por sus habitantes y Urantia por otros.



Pero, por si no lo hacen (ellos sabrán sus motivos) o lo han hecho ya, y a los de a pie no nos dicen ni pío, o por si acaso no haya nadie "al loro", se me está ocurriendo esta secuencia para aprendernos de nuevo la lección:

Mercurio, Venus... Carbón...

UNA CURIOSIDAD:

La proporción de distancia entre los distinos planetas del sistema Solar, se ve rota entre Marte y Júpiter, dando la sensación de que faltara un planeta, curiosamente, donde se encuentra el famoso cinturón de asteroides.

¿Habría un quinto planeta? ¿Se haría carbón antes de hacer...¡POM!?

(*) Del poema "La Bola" de José Agustín Goytisolo

Miguel Ángel G. Yanes