7/5/11

AGUACERO (POEMA)


Tras la cortina fría
de la lluvia se mienten
mar y cielo, fundidos
en un gris incesante.

Raya la aurora el lienzo
con un trazo continuo.

La boca de la gárgola
deja escapar un hilo
de curva transparente,
a intervalos cortado
por el beso del viento.

Una verde
luminiscencia puebla
el fondo del barranco;
ruge invisible el agua
bajo el frondoso manto.

En un charco no espejo,
infinitas y efímeras
las cúpulas se abisman.

Arrecia el aguacero
sobre los rostros fríos
que, estáticos, aguardan
el paso de los muertos.

Débilmente la niebla
se posa tras sus ojos.

Miguel Ángel G. Yanes

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